Leonardo Faña tiene varios enemigos poderosos en el sector agropecuario, que saldrían beneficiados con su caída, que son capaces de todo, con tal de consumar una venganza, para saldar cuentas pendientes.
Por Miguel Espaillat
A mis 71 años he visto tanto, que de los hombres nada me extraña, por lo que a esta altura de mi vida, no meto mis manos en la candela por nadie. No obstante, conociendo por tantos años a mi amigo Leonardo Faña, dudo mucho (muchísimo), que él sea capaz de incurrir en la comisión del bochornoso hecho de agresión sexual de que lo acusa la señora María Isabel Flores Encarnación, quien también es la gerente financiera del IAD.
Leonardo Faña tiene muchísimos enemigos poderosos en el sector agropecuario, que saldrían beneficiados con su caída, que son capaces de todo, con tal de consumar una venganza, para saldar cuentas pendientes.
El hombre de ajo, el ex del medio ambiente, y muchos más constituidos en mafias poderosísimas que trafican con los insumos agropecuarios, con capaces de cualquier cosa, con tal de ver rodar la cabeza de Fañas.
Ofrecerle a una mujer 20 millones de pesos para que se preste a una coartada de abuso sexual, para ellos es cosa fácil, porque para ellos 20 millones es paja para la garza, pero para la mujer que se preste para ello, si que es una fortuna fabulosa. Y el dinero tienta.
En vista de lo planteado, alerto a nuestro presidente, su excelencia Luis Abinader, para que antes de tomar cualquier medida contra Faña, haga una investigación profunda de los hechos que se le imputan, no sea cosa, que cometa una injusticia, y caiga en un gancho de esos grupos, que con la caída de Fañas, reirían a mandíbula batiente.