SANTO DOMINGO, RD.– La Primera Dama, Cándida Montilla de Medina encabezó la misa mensual que tradicionalmente realiza su Despacho. Se hizo con la finalidad de motivar el recogimiento, el perdón y el cambio que demandan los tiempos de abstinencia.
En esta oportunidad, el acto religioso, marca el inicio de la Cuaresma, con el Miércoles de Ceniza. La ceremonia fue oficiada por el padre Gerardo Ramírez Paniagua (Jerry). Estuvo asistido por el diácono Tirso Concepción.
“Polvo somos y en polvo nos convertiremos”
Ambos tuvieron la responsabilidad de colocar una cruz con cenizas sobre la frente de los asistentes. Esto es, como signo de recordación de que “polvo somos y en polvo nos convertiremos”.
La Cuaresma es tiempo de ofrendar
Durante la homilía, el padre Jerry llamó a los presentes a buscar las transformaciones necesarias para hacer el bien. Igualmente, para aceptar nuestras realidades con humildad, aprender a perdonar y a vivir en un ambiente armónico con las personas.
El religioso recordó que la Cuaresma es, además, tiempo de ofrendar. En ese sentido, llamó a los cristianos a vivirla en el marco de las oraciones, ayunos, limosnas y penitencias.
Penitencias y conversiones
“La cuaresma es una tradición católica que inicia con el Miércoles de Ceniza y es un período de cuarenta días. La Iglesia se prepara hasta llegar a la conmemoración más importante de la historia de la humanidad: la muerte y crucifixión de Jesús”, dijo el sacerdote.
Destacó que la época es un tiempo de penitencia, conversión y arrepentimiento de nuestros pecados. Resaltó que esto “solo se logra si cambiamos lo necesario para ser cada vez mejores y así poder vivir más cerca de Cristo”.
Ramírez Paniagua exhortó a los servidores del Despacho a seguir trabajando. Esto es, en la hermosa obra social que realizan por disposición de la Primera Dama Montilla de Medina. Dijo que lo hagan para continuar dando solución a la situación de dificultad de todos aquellos que lo soliciten.
Abogan por reflexionar sobre el perdón
Las lecturas de orden de la misa estuvieron a cargo de los empleados del Despacho de la Primera Dama, María Lucía Pérez y Minerva Sánchez. Igualmente, de Ramona Jorge Heraldo y Luis Vergés.
Todos convocaron a los cristianos a reflexionar sobre el perdón, la transformación y la aceptación de lo que somos.