Este 21 de marzo se cumplen 400 años de la muerte en Inglaterra de la joven que Disney llevó a la gran pantalla y que en realidad tuvo gran importancia en el pasado colonial de EE.UU.

 

MANUEL TRILLO / ABC

Se llamaba Matoaka, aunque nos es más conocida como Pocahontas. Muchos tampoco habrían oído jamás oír hablar de esta joven nativa norteamericana si no fuera porque Disney decidió convertir este personaje histórico en la protagonista de una película de dibujos animados llena de romanticismo y aventura. Más allá de la imagen idealizada de la muchacha en el célebre film, tuvo en la realidad un papel relevante en los primeros pasos de los ingleses en Norteamérica. Este martes, 21 de marzo, se cumplen 400 años de su muerte en Gravesend, cerca de Londres, donde se le rinde homenaje.

Pocahontas, que significa algo así como “Juguetona”, era la pizpireta hija del poderoso jefe Wahunsenata, al frente de los pueblos powhatan, que hablaban lenguas algonquinas y habitaban en el entorno de la bahía de Chesapeake a comienzos del siglo XVII. Fue entonces cuando una expedición inglesa de la Compañía de Virginia, formada por tres barcos con algo más de cien hombres y muchachos a bordo, arribó a lo que hoy son los Estados Unidos de América.

 

Los recién llegados escogieron un enclave rodeado de agua por tres lados y que juzgaron fácil de defender en caso de ataque de los españoles, que hacía ya casi un siglo habían llegado a la Florida. Así nació en mayo de 1607 el poblado de Jamestown, en el actual estado de Virginia, que sería el primer asentamiento de Inglaterra en Norteamérica que llegaría a prosperar.

Pero en sus comienzos la incipiente aldea estuvo a punto de acabar en un nuevo fracaso de los ingleses y quedar borrada del mapa, como había sucedido unos años antes con la “colonia perdida” de Roanoke, en lo que hoy día es Carolina del Norte. Las enfermedades y la escasez de alimentos y agua potable empezaron a causar estragos en el precario asentamiento virginiano, de modo que sus habitantes perecían por docenas. Si no hubiese sido por la ayuda de los nativos, seguramente habrían fallecido todos. Los powhatan les proporcionaron alimentos para su supervivencia, pero la relación estuvo salpicada por las tensiones.

eses después de la llegada de los ingleses, uno de los miembros del consejo de Jamestown, el capitán John Smith, encabezó una pequeña expedición exploratoria que se topó con los powhatan. Los nativos mataron a sus dos compañeros y capturaron a Smith, que fue conducido ante el jefe Wahunsenata. Se preparó entonces una ceremonia para ejecutarlo.

Se colocaron dos grandes piedras en el suelo y mientras unos sujetaban la cabeza del capitán, otro alzó un garrote con aparente intención de rematarle con un golpe en el cráneo. Pero entonces, según el relato del propio Smith, apareció Pocahontas, entonces una niña de unos once o doce años, y puso su cabeza entre la del atribulado inglés y el garrote, con lo que paralizó la ejecución.

 

La intervención de Pocahontas, posible montaje

Pocahontas, verdadera historia, Alcarrizos News Diario DigitalSe ha discutido mucho sobre si todo fue un paripé, con el que los nativos trataron de sacar ventaja de los recién llegados y obtener así armas y piedras para afilar. Incluso hay una versión llegada por tradición oral según la cual se trató en realidad de una ceremonia de bienvenida y Pocahontas ni siquiera habría asistido.

El caso es que a partir de entonces los powhatan les suministraron víveres para poder ir saliendo adelante. La propia Pocahontas solía acompañar a estos envíos como señal de amistad y, haciendo honor a su hombre, jugaba con los chicos de Jamestown, con quienes se divertía haciendo cabriolas. En una ocasión fue enviada para interceder por unos nativos capturados por los ingleses.

Un tiempo después rebrotó la hostilidad entre nativos y europeos, en parte por una dura sequía que había arruinado las cosechas e impedía así satisfacer las exigencias de alimentos desde Jamestown. Pocahontas, de nuevo según el testimonio del capitán Smith, le volvió a librar de la muerte al avisarle de que su padre quería liquidarlo, después de que las negociaciones entre ambos resultasen infructuosas. En 1609, al parecer herido gravemente por una explosión de pólvora, zarpó de regreso a Inglaterra y a Pocahontas y su padre se les dijo que murió durante el trayecto.

Al año siguiente Pocahontas se unió en matrimonio con un guerrero, Kocoum, posiblemente una especie de guardaespaldas de su padre.

En 1613, siendo la situación todavía tensa, los ingleses secuestraron a Pocahontas con ayuda de miembros de la tribu de su marido, reteniéndola en un barco al que supuestamente se la había invitado. La joven fue llevada a Henrico, un nuevo poblado inglés situado más al interior que Jamestown. Allí aprendió la lengua y las costumbres inglesas y se la adoctrinó en el cristianismo.

Pocahontas conoció a John Rolfe, un viudo que había introducido en Virginia el cultivo del tabaco, que se convertiría en una actividad clave para la prosperidad del territorio colonial. En 1614 ella se convirtió al cristianismo, adoptó el nombre de Rebecca y se casó con Rolfe, con el que tuvo un hijo, Thomas. El enlace, al parecer con el consentimiento del padre de ella, trajo consigo un nuevo periodo de paz entre oriundos e ingleses. No está del todo claro si este nuevo matrimonio supuso el divorcio de Kocoum o si este fue asesinado.

En la historia de Disney, es John Smith el que se casa con Pocahontas, uniendo por motivos dramáticos en un solo personaje lo que en la realidad eran dos.

Pocahontas, exhibida en un «tour» por Inglaterra

La Compañía de Virginia quiso aprovechar la figura de “Lady Rebecca Rolfe” como poderoso reclamo promocional para recaudar fondos para la colonia, que se encontraba al borde de la quiebra, y envió en 1616 a Inglaterra a la nueva familia, acompañada de otros hombres y mujeres nativos.

La antigua Pocahontas fue exhibida por distintos lugares del país e incluso participó en un baile de máscaras junto al rey Jacobo I y la reina Ana. Los Rolfe se mudaron al pequeño pueblo de Brentford, donde la joven se reencontró con John Smith, que no había muerto, como se le había dicho. Ella le recriminó el mal comportamiento que tuvo con su pueblo, a pesar del buen trato que había recibido.

En 1617, John Rolfe, Rebecca y su hijo se disponían a regresar a Virginia, pero ella enfermó, puede que de neumonía o disentería. Se detuvieron en Gravesend, cerca de la desembocadura del río Támesis. Matoaka, también llamada Pocahontas y Rebecca, encontró allí la muerte a los 21 años de edad. El 21 de marzo de hace 400 años se la enterró bajo el presbiterio de la iglesia de San Jorge de la localidad, donde aún yacen sus restos y una estatua mantiene vivo su recuerdo.

Con motivo de los cuatro siglos transcurridos desde su fallecimiento, se han organizado en Gravesend una serie de actos culturales, entre ellos conferencias, interpretaciones musicales y teatrales, así como servicios religiosos. Este martes, cuando se conmemoran oficialmente los 400 años de su muerte, hay previsto un gran desfile en su honor por las calles de la localidad inglesa.

La alcaldesa, Greta Goatly, ha destacado que Pocahontas “está reconocida como una mujer de gran relevancia e influencia en la historia temprana de América”, como “forjadora de paz entre dos mundos muy diferentes -el viejo y el nuevo-, unificadora de gentes de distintas culturas y creencias, una pionera de la fe cristiana en su propia comunidad nativa amerindia”. A su juicio, resulta “muy notable que alguien tan joven afrontara con tanta confianza, éxito y acierto las complejas circunstancias políticias, religiosas y comerciales de su época”.