Muere Gustavo Gutiérrez, padre de la teología de la liberación

En la década de los 60, la teología de la liberación emergió como un movimiento impulsado por Gustavo Gutiérrez, un enfoque revolucionario que cambiaría la perspectiva del cristianismo en América Latina.

Gutiérrez, nacido en Lima, Perú, vinculó la fe cristiana con la lucha contra la pobreza y la opresión. Con la publicación de su obra «Teología de la Liberación» en 1971, consolidó esta corriente, redefiniendo el compromiso cristiano hacia los sectores más desposeídos.

Además, la teología de la liberación de Gutiérrez propuso una «opción preferencial por los pobres», donde el compromiso cristiano debe incluir la lucha activa por la justicia social. Este enfoque inspiró a generaciones de teólogos y líderes sociales, marcando un antes y un después en la interpretación de la fe.

Orígenes de la teología de la liberación

A través de «Teología de la Liberación», Gutiérrez argumentó que la verdadera práctica cristiana implica la acción directa contra las estructuras de injusticia que afectan a los pobres. Su obra trascendió América Latina, originando un movimiento global en defensa de los derechos humanos y la dignidad de los más desfavorecidos.

Diez años después, su obra «Beber en su propio pozo» también se convirtió en una referencia para comprender la espiritualidad desde la experiencia de la pobreza.

Expansión en América Latina

En América Latina, la teología de la liberación inspiró a teólogos como Leonardo Boff, Jon Sobrino e Ignacio Ellacuría, quienes adaptaron sus principios a las realidades regionales.

Además, otros exponentes como Víctor Codina y Enrique Dussel profundizaron en esta corriente, estableciendo vínculos entre la teología y la filosofía para tratar temas de historia, ecología, sacramentos y derechos humanos.

Un compromiso de por vida

Desde 1983, cuando publicó «Beber en su propio pozo», Gutiérrez consolidó su mensaje de esperanza. Su trayectoria como sacerdote e intelectual ha sido reconocida, y su trabajo ha sido distinguido con el Premio Príncipe de Asturias.

Hasta el presente, la teología de la liberación sigue siendo un fundamento en movimientos sociales comprometidos con la justicia y la dignidad a nivel del planeta.