SANTO DOMINGO. La llegada del internet revolucionó al mundo. Es algo innegable y con los años, de sus manos, llegaron las redes sociales, herramientas que se han convertido en vigilantes y jueces de la sociedad como tal, lo que incluye el escrutinio al comportamiento de los funcionarios, políticos, entidades gubernamentales y ciudadanos de comunes. Pero ojo, ellas, son un arma de doble filo.
Están ahí, auxiliadas de los videos de celulares y de cámaras de seguridad instaladas en cualquier lugar inadvertido y motivadas por una sociedad que muestra su inconformidad con el “statu quo” actual y que quiere ser un ente activo. Las redes sociales, expresadas a través de Twitter, Facebook o Instagram (las más populares en la República Dominicana), son muy activas al momento de denunciar un hecho que transgrede la ley (y que en algunas ocasiones no es como se vende). Pero su activismo no para ahí, pues se han convertido en jueces de las acciones que denuncian, con la característica de que el resultado casi siempre es una dura condena contra quien o quienes cometen o se atribuye el hecho evidenciado.
A través de ellas se crean temas de debates, los cuales se tornan muy intensos y ofensivos, en ocasiones: se producen enfrentamientos entre políticos, funcionarios y figuras públicas, y por supuesto se denuncian hechos simples como violaciones de las leyes, atropellos policiales, inconductas de congresistas, peleas entre personas, actos de falta de higiene en establecimientos comerciales y un largo etcétera.