Costa Rica, que tiene 51,100 kilómetros cuadrados (unos 2,430 más que la República Dominicana), tiene un congreso unicameral compuesto por 57 diputados electos por provincias. La Constitución de ese país establece que cada vez que se realice un censo general de población, el Tribunal Supremo de Elecciones asignará a las provincias las diputaciones, en proporción a la población de cada una. En función del territorio sería un legislador por cada 896 kilómetros cuadrados.
SANTO DOMINGO.- De 20 países de América Latina, la República Dominicana es el tercero con la superficie territorial más pequeña. Sin embargo es el sexto en mayor cantidad de legisladores. En la República Dominicana cuenta con un legislador por cada 216 kilómetros cuadrados.
El país tiene un área de poco más de 48,000 kilómetros cuadrados y 222 legisladores en un congreso bicameral, dividido en 190 diputados y 32 senadores. En cambio, Bolivia, que supera el millón de kilómetros cuadrados y también tiene un legislativo bicameral, cuenta con una matrícula de 166 (130 diputados y 36 senadores). O sea que Bolivia tiene un legislador por cada 6,024 kilómetros cuadrados.
Aunque la elección de los legisladores se basa en disposiciones establecidas en la Constitución y leyes de cada país, la República Dominicana tiene discrepancias proporcionales al compararla con otros Estados con más superficie, como resultado de decisiones sobre división territorial y políticas.
Antes de la reforma constitucional de 2010, la Cámara de Diputados estaba integrada por 178 miembros. Estos se elegían a razón de uno por cada 50,000 habitantes o fracción de más de 25,000. En la Carta Magna proclamada en 2010, se fijó el número de 178, distribuidos en proporción a la densidad poblacional. Además se agregaron cinco diputados elegidos a nivel nacional por acumulación de votos y otros siete en representación de la comunidad dominicana en el exterior, totalizando la cantidad de miembros 190.
En cuanto al Senado, este se compone de 32 miembros elegidos a razón de uno por cada provincia y uno por el Distrito Nacional. El ejercicio de los legisladores dura cuatro años.
Solo lo asignado en el Presupuesto General del Estado de 2017 a la Cámara de Diputados y al Senado suma RD$6,101,737,170.
Costa Rica, que tiene 51,100 kilómetros cuadrados (unos 2,430 más que la República Dominicana), tiene un congreso unicameral compuesto por 57 diputados electos por provincias. La Constitución de ese país establece que cada vez que se realice un censo general de población, el Tribunal Supremo de Elecciones asignará a las provincias las diputaciones, en proporción a la población de cada una. Un legislador por cada 896 kilómetros cuadrados. En función del territorio sería un legislador por cada 896 kilómetros cuadrados.
Intentos de dividir y aumentar la matrícula
En 2011 el entonces diputado Cristian Encarnación sometió un proyecto de ley para dividir la provincia Santo Domingo y crear la provincia Gregorio Luperón, que estaría conformada por los municipios Herrera-Manoguayabo, Los Alcarrizos y Pedro Brand, y los distritos municipales Pantoja, Palmarejo-Villa Linda, La Guáyiga y La Cuaba. Con la propuesta se sumaría otro senador al Congreso. La iniciativa perimió.
En 2013 la entonces diputada María Aracelis Duarte propuso en un proyecto de ley crear las provincias Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella. La iniciativa también perimió.
En 2015 Encarnación sometió otro proyecto con el que buscaba que los distritos municipales Pantoja, del municipio Los Alcarrizos, y La Guáyiga, del municipio Pedro Brand, provincia Santo Domingo, fueran elevados a la categoría de municipios. Para la propuesta se argumentó que ambas demarcaciones han experimentado un considerable desarrollo económico, social, cultural y deportivo.
Por su parte, el alcalde del municipio de Los Alcarrizos, Junior Santos, es quien ha estado detrás de esta propuesta de la creación de una nueva provincia y poder realizar su sueño de ser senador. Actualmente está proponiendo, con algunas modificaciones, la misma propuesta que sometió el entonces diputado Cristian Encarnación, y en su momento el extinto legislador Pablo Adón, que luego retomara su viuda esposa Aracelis Duarte.
El costo del Congreso dominicano
En un análisis realizado por el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) sobre los costos que representaron en 2015 los congresos de 17 países de la región, la República Dominicana fue el séptimo con mayor gasto legislativo, con un total ejecutado de US$134 millones.
En ese año, según analizó el CREES, el Congreso dominicano costó en promedio US$13.4 por habitante, mucho más caro que el promedio de la región que fue de US$9.9.
Según lo publicado en la página web de la Cámara de Diputados, entre el 1 de enero al 30 de junio de 2017 en el hemiciclo se ejecutó un balance de RD$110,732,368.64 en viáticos, aunque en el presupuesto aprobado para todo el año, lo asignado para este concepto es de RD$64,138,045.
El 23 de agosto del año en curso el Senado de la República aprobó en única lectura el proyecto de presupuesto interno para 2018, por RD$2,575 millones, significando RD$500 millones más de los RD$2,075 millones que se le destinó en el Presupuesto General del Estado de 2017.
El Latinobarómetro 2016, un estudio de opinión pública que se ejecuta anualmente en 18 países de América Latina, concluyó que la confianza en la institución del Congreso a nivel regional cayó de 27 % a 25 % y en los partidos políticos bajó 3 puntos porcentuales, de 20 % a 17 %.
Además, que la percepción de que los políticos han perdido credibilidad está muy expandida. Con 51 %, la República Dominicana fue de los siete países donde el 50 % o más de su población considera que la política y los políticos han perdido credibilidad y no parece que la puedan recuperar.