Fundación José Antonio Llorente impulsa tecnología en jóvenes

SANTO DOMINGO, República Dominicana. La Fundación LLYC ha cambiado su nombre a Fundación José Antonio Llorente, en homenaje a su fundador, quien dejó un legado de innovación en la comunicación para transformar realidades.

Esta transformación marca una nueva etapa liderada por Irene Rodríguez, actual presidenta, que busca continuar el trabajo de José Antonio, quien siempre creyó en el poder de la tecnología para generar oportunidades y progreso social.

Además, la Fundación José Antonio Llorente centrará su plan estratégico en los próximos tres años en impulsar la alfabetización digital en niños y jóvenes.

La nueva presidenta, junto a su equipo de patronos, ha reafirmado el compromiso de la institución de seguir creando un impacto positivo mediante proyectos orientados a la transformación digital.

Irene Rodríguez, al asumir la presidencia, afirmó: «Vamos a continuar trabajando con la convicción de que la comunicación es una herramienta poderosa que genera transformación social».

Rodríguez destacó que José Antonio Llorente creía firmemente en el papel clave de la comunicación para generar confianza entre personas y empresas, lo que es fundamental para el progreso económico y social.

Legado de José Antonio Llorente

José Antonio Llorente fundó la organización en 2016 con el objetivo de generar valor social a través del talento y la creatividad de los empleados de LLYC. La Fundación José Antonio Llorente ha crecido gracias al apoyo de más de 1.300 empleados en 13 países, quienes, con su experiencia en innovación, han ayudado a transformar realidades en sus comunidades.

Alejandro Romero, socio y CEO Global de LLYC, afirmó: “José Antonio siempre vio en los jóvenes un motor de innovación y cambio. Su legado nos sigue guiando en cada proyecto, y entendemos que el éxito real se mide por el impacto positivo que dejamos en el mundo”.

Proyectos destacados

El proyecto Voces Futuras es uno de los más emblemáticos de la Fundación José Antonio Llorente, el cual ha beneficiado a más de 1.500 jóvenes en situación de vulnerabilidad desde 2019. Este proyecto busca desarrollar las habilidades de comunicación de jóvenes en riesgo de exclusión social para mejorar sus oportunidades laborales y personales.