Las iniciativas novedosas del carismático padre Tomás Marrero llevaron a muchas personas a ser excelentes cristianos
Falleció este domingo a las 2:45pm nuestro querido Padre Tomás Marrero en la enfermería de Manresa Loyola, Santo Domingo. El médico determinó infarto cardíaco. Había cumplido recientemente sus 92 cumpleaños. Marrero de origen cubano llegó a Santo Domingo en el año 1959 y desde ese momento abrazó con su corazón y su razón la defensa de la fe y la promoción de la justicia. Prefirió siempre las trincheras. Optó por los desprotegidos y despreciados.
Tomás Marrero junto a los también sacerdotes José A. Moreno y Manuel Ortega en medio de la Revolución del 65 se instalaron en la iglesia San Miguel. Allí en abril del 65, realizaban labores humanitarias. Integrándose con la comunidad, incluidos los comandos, en labores vitales de reparto de alimentos, medicinas y atención médica, corriendo el riesgo de ser alcanzados por una bala perdida, una ráfaga precisa o fragmentos de granadas de morteros disparadas por las tropas interventoras desde las alturas de la avenida Duarte y sus contornos. El padre Marrero abrió la iglesia Del Carmen, que había sido abandonada.
El 12 de octubre de 1972, los sacerdotes jesuitas Tomás Marrero (fallecido), José Fernández Olmo (Pepe) (fallecido), Jaime González Vallejo (fallecido), Benjamín González Buelta y Jorge Cela (fallecido), decidieron trasladarse a Guachupita, un barrio pobre de la zona norte de Santo Domingo. Previamente habían pasado un año preparándose para esta inserción. Inspirados en la Teología de la Liberación, iniciaron las primeras comunidades de base en la República Dominicana. Más tarde se integraron al proyecto de inserción los sacerdotes Santiago Hirujo, Luis Oraá y Manolo Maza
Las Pensiones Comunitarias (PENCOM), fue proyecto ideado por el padre Marrero para dar respuesta a las condiciones deplorables en que vivían muchos estudiantes del Instituto Politécnico Loyola, provenientes de apartadas provincias, quienes dormían prácticamente hacinados en oscuras y estrechas pensiones, carentes de los servicios y facilidades básicas para la vida estudiantil, pasando muchas penurias.
Trabajó en el Centro Bonó perteneciente al Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo, ubicado en la Facultad de Filosofía. Fue corrector de Lengua Española trabajó en el servicio jesuita a refugiados y migrantes. Sus últimos años vivió en Cuba, la tierra que le vio nacer.
En Paz descanse nuestro querido Padre Tomás Marrero sj.
La participación del padre Marrero en el surgimiento de la Iglesia popular
La aparición de un reducido grupo de sacerdotes y hermanos pertenecientes a órdenes religiosas que estaban dispuestos a arriesgar sus vidas, demuestra que la Iglesia no es una institución monolítica, pero sí que brinda abrigo a distintas orientaciones eclesiásticas. Las dos secciones siguientes examinan la respuesta de sacerdotes y monjas a la crisis resultante de la sublevación revolucionaria y la posterior intervención de las fuerzas militares estadounidenses.
Aunque involuntariamente, el trabajo pastoral de los «tres sacerdotes de la parroquia de San Miguel» sentó las bases para la emergencia de la Iglesia popular en el país. Estos tres sacerdotes extranjeros, miembros de una orden religiosa, se instalaron en el sector antiguo de la ciudad de Santo Domingo, al tiempo que la jerarquía y sus sacerdotes abandonaban la ciudad. Eran jesuitas que habían llegado al país desde Cuba y tomaron la decisión de instalarse en la zona de guerra para colaborar en el hospital Billini, ubicado en la zona constitucionalista.
Este grupo estaba formado por los padres Tomás Marrero, José A. Moreno y Manuel Ortega, quienes se unieron a dos sacerdotes capuchinos, tres hermanos dominicos (no sacerdotes nacidos en el país) y los Hermanos de la Salle, quienes se habían negado a abandonar la zona de guerra (Leveque 1972, 6).
Los tres sacerdotes jesuitas vivían en Manresa,26 una residencia jesuita ubicada en las afueras de Santo Domingo, y decidieron trasladarse 26 José A. Moreno informa en su libro (1970, 66) que residía en una casa en la avenida Independencia, ubicada en un barrio de Santo Domingo habitado por las clases medias altas, y no en Manresa, como informa el padre Marrero.
Wao que pena, que dios lo reciba como se lo ha ganado, fue quien me llevo al camino de la fe y a la vida social y comprometida a los 11 años de edad ya estaba con el, formandome en el compromiso social y en la fe y en el apredizaje necesario para emprender una vida productiva.
Gracias Padre Marrero por tu compromiso y vida de entrega a los más empobresidos. Descansa en la paz del Señor.
Siento una tristeza en el corazón que sólo quienes lo conocimos entenderán. Un privilegio haber trabajado juntos. EPD.
Descanse en Paz Marrero.
Wao otro más que se hace menos en la lucha por la fe y la justicia, en todo amar y servir
Nuestro viejo del alma. Supiste sembrar en nosotros tantas cosas, tantos ideales, tanta fe.
Dar todo lo que se tiene, dar todo lo que se es, darse siempre, ejemplo de amor y paz de Dios a la humanidad. Este fue tu lema y ejemplo de vida. Tú será siempre recordado en el aporte que demos todas las personas que ayudaste a formar.
Muchos te debemos lo que somos,
Hasta siempre Tomás Marrero.