Velásquez es considerado por los organismos de seguridad de Colombia como el jefe de sicarios de la banda criminal que dirigió Escobar, abatido por la policía en 1993, quien en los años 80 y 90 protagonizó una sangrienta «guerra» contra el Estado mediante atentados terroristas contra múltiples blancos
MEDELLÍN, COLOMBIA (DPA).– El exjefe de sicarios del extinto capo Pablo Escobar, Jhon Jairo Velásquez, alias «Popeye», propuso hoy legalizar la cocaína para terminar con el narcotráfico y llamó al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, un «engendro» que entregó el país a las FARC.
«Mientras no se legalice la cocaína no hay nada», afirmó Velásquez en entrevista con dpa. «Para que haya paz hay que legalizarla porque la guerra vive del narcotráfico y viceversa», agregó el gatillero que en 2014 salió de la cárcel tras cumplir una condena de más de 23 años.Según «J.J.», como también es conocido, el presidente Santos es un «engendro» del ex mandatario y senador Álvaro Uribe, a quien considera un «patriota» que «ama a Colombia con locura» y que fue «traicionado» por su sucesor, el Premio Nobel de Paz.
«Él (Uribe) fue el que limpió a Colombia, enfrentó a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), pero Santos es el engendro de Uribe, que lo puso en la presidencia y ahora le está entregando el país a la guerrilla», sostuvo.
Velásquez aclaró además que aunque no está en contra de la paz sí tiene críticas contra el acuerdo que firmaron el Gobierno y las FARC en noviembre pasado tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.
«Solo un traidor como Santos pasa por encima de la Constitución para permitir que los guerrilleros sean elegibles y se tomen el poder por la vía política porque por la militar no pudieron», aseguró al declarar que la guerra persistirá en el país justamente por el negocio de las drogas.
Asimismo, «Popeye», quien prepara una película sobre su historia que se sumará a la serie que será transmitida por Netflix y los libros que ya ha escrito, aseguró que la verdadera mafia es la que se ve en la política como el caso de la compañía brasileña Odebrecht y sus millonarios sobornos.
«No hay un político limpio, nosotros (con el cartel de Medellín) no sabíamos que la verdadera mafia está en el Estado», insistió al citar también el supuesto «narco estado» venezolano.
Velásquez es considerado por los organismos de seguridad de Colombia como el jefe de sicarios de la banda criminal que dirigió Escobar, abatido por la policía en 1993, quien en los años 80 y 90 protagonizó una sangrienta «guerra» contra el Estado mediante atentados terroristas contra múltiples blancos.
El «ex bandido», como él mismo se denomina, aceptó su responsabilidad en varias de las principales acciones violentas de la banda dirigida por Escobar, como los atentados con explosivos contra medios de comunicación y organismos estatales de seguridad.
Ante fiscales, jueces y periodistas, «Popeye» confesó que cometió al menos 300 asesinatos y que tuvo responsabilidad en la muerte de unas 3.000 personas en los atentados con bombas perpetrados por el cartel de Medellín.
Con «Popeye» como uno de sus más cercanos cómplices, Escobar encabezó una ofensiva terrorista que culminó en 1993, cuando fue abatido por la policía en un barrio de clase media de Medellín.