PEKÍN, CHINA (ANSA).– Corea del Norte acusó hoy a Estados Unidos y Corea del Sur por la muerte de Kim Jong-nam, el hermanastro del líder Kim Jong-un. Kim, que viajaba con un pasaporte diplomático bajo el nombre de «Kim Chol», se disponía a abandonar Malasia el 13 de febrero cuando fue abordado por dos mujeres en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur.
Se trata de una vietnamita y una indonesia, que habrían rociado el rostro del hombre, de 45 años, con veneno o gas nervioso. Kim, fue atendido por un médico en el aeropuerto, tras haber sufrido un desmayo, y murió poco después en una ambulancia, cuando era trasladado a un hospital.
«La causa de muerte todavía no fue esclarecida, pero las autoridades estadounidenses y surcoreanas culpan sin motivo a Corea del Norte, afirmando que (Kim) fue intoxicado por una alta concentración de gas nervioso Vx», reportó hoy la agencia oficial Kcna. El despacho apuntó al Vx, una de las sustancias más tóxicas producidas en laboratorio. «Los medios de comunicación mundiales se preguntan sobre el hecho que si en el rostro y los labios de Kim Chol hubiese habido rastros del agente Vx, la ambulancia que lo trasladó y la policía que lo ayudó deberían haber resultado intoxicados. Y como consecuencia, el aeropuerto debería haberse clausurado, pero sigue plenamente operativo», agregó el reporte. El uso del gas nervioso, por tanto, se le atribuye a Corea del Sur o a Estados Unidos, uno de los pocos países en el mundo en posesión de tal sustancia. El texto difundido por Kcna subraya, para sustentar la denuncia, que «casi todos han eliminado las armas químicas en base a la convención de la ONU que las prohíbe, pero solo Estados Unidos y otros países continúan poseyéndolas».
«Lo que resulta muy problemático es que Estados Unidos está introduciendo en Corea del Sur todo tipo de armas químicas», aseguró la agencia. Según diversas fuentes de inteligencia, Pyongyang habría desarrollado y acumulado durante años entre 3.000 y 5.000 toneladas de armas químicas.
La policía malaya arrestó a un norcoreano, Ri Jong-chol, para investigar el tráfico de la sustancia prohibida, utilizada para asesinar a Kim, y tiene en la mira a otros ocho ciudadanos norcoreanos, de los que al menos la mitad ya habrían regresado a su país.
La agencia Kcna, en síntesis, considera el episodio del 13 de febrero como una iniciativa de Seúl y de Washington para alimentar a nivel mundial un sentimiento anti norcoreano.
Tal vez, sostuvo el texto, Corea del Sur y Estados Unidos no deberían olvidar la «posición estratégica de Corea del Norte como potencia nuclear».(ANSA)