SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Fundación Amaury Germán Aristy, interprendo el sentir de las organizaciones patriótica, defensoras de la Memoria Historia del pueblo dominicano, conmemoró el 60 Aniversario de la Masacre de la Calle Espaillat.
El periodista y sobreviviente de la Gesta Histórica, dijo que con la actividad la entidad busca rescatar esta gesta histórica que algunos historiadores conservadores quieren minimizar que algunos historiadores han tratado de minimizar con su vano interés de que caiga en el olvido.
No obstante, subrayó, que la realidad y la memoria histórica de este acontecimiento no es posible borrar. Debido a que este hecho constituyó, junto a la Expedición Armada del 14 de junio de 1959, el atentado contra el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, el triple asesinato de las hermanas Mirabal, la llegada al país de la avanzada de la democracia del PRD, el 5 de julio de 1961 y la Masacre del 16 de enero de 1962 en el parque Independencia, el principio y final de la caída de la tiranía trujillista.
Reafirmo que por esas razones la Fundación a querido decir presente en este lugar de la juventud dominicana dio muestras de heroísmo y patriotismo en la lucha por la libertad y la democracia.
Dijo que el sacrificio de los estudiantes, Tirso Roldán Vargas Almonte, Rafael Curiel, José Cerda Matos, Ignacio Matos y Gustavo Dimaggio, asesinados por efectivos militares y policiales del binomio Ranfis-Balaguer no fue en vano. Ya que a dos meses y medio después de sus asesinatos el pueblo dominicano conquistó la libertad sepultada durante más de 30 años por la satrapía trujillista Resaltó que ‘’como sobreviviente de esta batalla por la libertad y descendiente de una generación que asumió su deber de enfrentar la tiranía y la opresión, como lo fueron Asdrúbal Domínguez, Otto Morales, Monchin Pineda, Homero Hernández,
Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), Ulises Cerón, Rafaelito Bueno, Leopoldo Grullón, Arnulfo Reyes, Alfredo Rizik, Sagrada Bujosa Mieses, Nemen Nader, Nelson Peña los hermanos Jonhson, los hermanos Isa Conde, los hermanos Pichardo, los hermanos Valera Benites y Benjamín Bujosa Mieses, entre otros sobrevivientes quiero testimonial como ocurrieron los hechos que culminaron con esta horrible masacre, para ofrecerle mi testimonio de los antecedentes que culminaron con la Masacre del 20 de octubre’’.
Recordó que las protestas se iniciaron el 16 de octubre en la Universidad de Santo Domingo cuando la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), interpretando los anhelos de libertad de los estudiantes y del pueblo decidió romper la complicidad, el terror y el silencio expulsando a los profesores trujillista de esa Casa de Estudios que encabezaba el entonces rector José Manuel Machado, de quien pedían la cabeza.
De esta manera, puntualizó que los bustos, estatuas y retratos del tirano y sus familiares fueron hechos pedazos por la decidida y firme reacción de la dirección estudiantil liderada por el inmenso Asdrúbal Domínguez.
Explicó que la reacción oficial de parte del binomio Ranfis-Balaguer no se hizo esperar, la Universidad fue cercada y luego cerrada, originando movilizaciones en cascadas en diversas provincias del país destacándose entre ellas: Moca, San Francisco de Macorís, Santiago, La Vega, La Romana, donde los estudiantes a grito de ¡libertad! ¡Libertad! ¡Abajo el Binomio Ranfis-Balaguer! y ¡Balaguer Muñequito de Papel, destruían todas las imágenes y propiedades de los personeros del trujillato y sus cómplices.
Recordó que los estudiantes de las escuelas y liceos públicos y algunos colegios privados, organizados en la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios (ANES) se unieron a los universitarios creando un estado de resistencia popular que en pocos días abarcó las principales ciudades del país.
En la Capital, la cita era la calle El Conde donde reunidos en la cafetería ‘’Sublime’’ y ‘’La Cafetera’’, entre sorbos de café, se planificaban las protestas del día, bajo la vigilancia de los esbirros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y de la Policía.
La señal para tomar las calles era antecedía de un toque persistente de palmadas al son de ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Abajo la dictadura! ¡No tenemos Miedo!…
En estas movilizaciones la unidad prevalecía entre los grupos juveniles de las principales organizaciones políticas de la época, como lo eran el Partido Revolucionario Dominicano, la Unión Cívica Nacional (UCN), el Movimiento Revolucionario 14 de junio (IJ4), el Movimiento Popular Dominicano (MPD), el Partido Socialista Popular (PSP), el Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC).
Las protestas adquirieron una mayor dimensión el 20 de octubre, cuando los estudiantes decidieron concentrarse en la calle Espaillat, vía que declararon Territorio Libre, e iniciando desde las azoteas de las viviendas una feroz batalla contra decenas de policías comandado por el capitán Caonabo Fernández. Represivo oficial que fue impactado por una piedra lanzada por un manifestante.
Tras escasearse las piedras, los estudiantes convirtieron en municiones pedazos de metal de los medidores de agua que disparaban con tira piedras y con sus propias manos, recibiendo a cambio una lluvia de balas y bombas lacrimógenas.
Cerca del mediodía la policía se mostraba incapaz para vencer la resistencia de los jóvenes trepados en las azoteas de las casas del vecindario. Situación que fue superada con la presencia de decenas de efectivos del ejército que tan pronto entraron en el escenario de las protestas disparaban con intensidad sus fusiles Mauser y ametralladoras Cristóbal.
Ante la imposibilidad de vencer la resistencia los militares se auxiliaron de miembros del Cuerpo de Bomberos de santo Domingo quienes se presentaron con escaleras para permitir a los efectivos alcanzar los tejados.
Cerca de las 7 de la noche, la represión militar había vencido la resistencia de los combatientes de la libertad.
La mayor parte de los heridos fueron trasladados al Hospital Padre Billini donde recibieron la atención del cuerpo médico a quienes los ‘’polis guardias’’ amenazaban con sus fusiles para que no atendieran a los heridos.
Los que habían logrado escapar, ocultándose en las casas de la calle Espaillat, arzobispo Nouel, Santomé, Palo Hincado y Padre Billini, eran perseguidos y apresados salvajemente.
En la casa de tres niveles de la referida vía los efectivos de la policía penetraron encontrando a dos jóvenes de la resistencia ocultos en un armario de donde fueron sacados a culatazos y lanzados desde el tercer piso hacia el pavimento, muriendo de inmediato con el impacto.
Al cesar el fuego, cerca de las 6:00 de la tarde, un silencio sepulcral se apoderó del ambiente, donde solo se escuchaba los gritos y quejidos de los heridos y los lamentos de sus familiares.
El 22 de octubre, las protestas bajaron de intensidad esperando el anunciado discurso del déspota ilustrado Joaquín Balaguer quien a las 7 de la noche se dirigió al país en estos términos:
‘’Sean mis primeras palabras para felicitar calurosamente a la Policía Nacional por la ejemplar conducta que observó desde las explosiones las explosiones de violencia que han ocurrido en los últimos días en diferentes localidades del país’’…
En la actividad en la que hablaron Bujosa Mieses y por la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Juan Pablo Uribe, estaban presentes además los periodistas, Miguel Aponte Viguera, los sobrevivientes Arnulfo Reyes, Teresita Espaillat, el presidente del Comité Ruta de los Comando, Papy Cuevas, el presidente de la Fundación Próceres de Abril, Andrés Dirocié entre otras personalidades y vecinos de la calle Espaillat que compartieron sus testimonios de lo que vivieron ese día memorable.
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