MANHATTAN, Nueva York. (Daily News).- Manhattan es solo uno de los 62 condados de Nueva York, pero es diferente, y no solo por ser nombrado condado de Nueva York. Lo mismo ocurre con el fiscal de distrito de Manhattan, ya que el crimen y la justicia en la isla son descomunales (incluidos posibles casos contra ex presidentes).

Los desafíos inherentes de dirigir una oficina liderada durante décadas por las leyendas Tom Dewey, Frank Hogan y Bob Morgenthau se magnifican ahora. Ahora, después de importantes reformas legales en las leyes estatales de libertad bajo fianza y descubrimiento y juicio rápido, y a pesar de que el titular Cy Vance redujo los enjuiciamientos a la mitad incluso cuando el crimen disminuyó, los gritos de reforma continúan resonando un año después del asesinato de George Floyd. Con la violencia con armas de fuego, los homicidios y otros tipos de violencia aleatoria ahora en aumento, es imperativo que el próximo fiscal del distrito haga juicios razonables sobre qué reformas implementar y por qué.

El principal fiscal de Manhattan debe ser un destacado abogado y líder, equipado para continuar reduciendo los enjuiciamientos cuando corresponda, corregir desequilibrios raciales arraigados más amplios en la aplicación de la ley penal y hacer que las calles y el metro de Nueva York sean más seguros, al mismo tiempo que construye complejos blancos. casos de collar y corrupción y terrorismo. Esa candidata es una mujer que vino aquí como refugiada judía de Irán huyendo de la persecución, y cuya inteligencia y habilidad la han elevado a la cima de la jurisprudencia estadounidense: Tali Farimah Farhadian Weinstein, a quien el Daily News respalda con entusiasmo en las primarias demócratas del 22 de junio.

Quién es ella, qué haría

Weinstein ha construido una carrera de logros legales casi inigualable. Weinstein, estudiante destacada en Yale y luego en Derecho de Yale, fue becaria Rhodes y secretaria de la Corte Suprema de Estados Unidos. Después de servir como asistente de alto rango del fiscal general de los Estados Unidos, fue fiscal federal de Brooklyn, manejando un número importante de casos durante años antes de convertirse en la asesora general del fiscal de distrito de Brooklyn, donde supervisó tres oficinas.

Pero una carrera de DA no es una competencia de reanudación. Es, más que nada, una prueba de juicio.

Los planes de Weinstein demuestran un profundo compromiso con la justicia para todos bajo los ojos de la ley, junto con planes cuidadosamente elaborados para responsabilizar a quienes perpetran asesinatos, violencia, violaciones y otros caos desestabilizadores. En entrevistas y apariciones públicas, ha demostrado extrema consideración, inteligencia y empatía tanto por los acusados de un delito como por los que son víctimas de él.

Tiene ideas detalladas para cambios sistémicos, desde revisar los procesos de gestión de datos de la oficina hasta dedicar más recursos para abordar los delitos financieros y los delitos cibernéticos como el robo de identidad y el fraude con tarjetas de crédito, una amenaza cada vez mayor a la que las personas mayores y los inmigrantes de Manhattan son especialmente vulnerables.

Sus planes de crear una nueva oficina de violencia de género, para abordar el hecho de que el 20% de todos los homicidios de la ciudad de Nueva York están relacionados con la violencia doméstica, y el 40% de todos los delitos graves se derivan de una violencia tan íntima, constituyen una modernización integral y sensible. de una oficina acusada con frecuencia de maltrato a víctimas vulnerables de tales delitos.

Prácticamente todos los demócratas en la carrera se postulan como reformadores progresistas de la oficina, y Weinstein no es una excepción. Pero mientras algunos candidatos proponen ideas abolicionistas extremas que eliminan a las víctimas de delitos violentos, las reformas propuestas por Weinstein abordarán el racismo sistémico en la aplicación de la ley y la criminalización de la pobreza, al tiempo que reconocen que el trabajo del fiscal de distrito de Manhattan es prevenir los delitos siempre que sea posible y enjuiciarlos. cuando suceden.

Weinstein cree que la prisión preventiva debe usarse con moderación y que la fianza en efectivo debe eliminarse, reemplazada por una ley que permita que las personas arrestadas sean detenidas solo cuando representen un riesgo de seguridad para ellos mismos o para los demás. Ella apoya la legislación que levantaría el listón para permitir que las personas con condenas por delitos graves formen parte de los jurados y se opone a las sentencias mínimas obligatorias legales para ciertos delitos. Prometió sopesar el impacto en el estado migratorio del acusado en cada etapa del proceso de justicia penal y consideraría la pobreza del acusado al considerar los cargos que conllevan multas o tarifas. Ella pondría fin a la práctica de la oficina de acusar a los delitos menores como delitos graves. El esposo de Weinstein, Boaz, administra un fondo de cobertura de Wall Street y vale mucho. Algunos han expresado su preocupación de que, como fiscal del distrito, estaría en conflicto, lo cual es muy poco probable, ya que generalmente los federales supervisan dicha aplicación a través del Departamento de Justicia y la SEC. Y aunque podría haber autofinanciado fácilmente su campaña, al estilo de Bloomberg, hasta ahora está recaudando dinero en incrementos similares a los de otros candidatos, al tiempo que limita las donaciones de los abogados defensores a $ 1, para evitar conflictos percibidos como los que enredaron a Vance.

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El principal fiscal de Manhattan debe ser un destacado abogado y líder, equipado para continuar reduciendo los enjuiciamientos cuando corresponda, corregir desequilibrios raciales arraigados más amplios en la aplicación de la ley penal y hacer que las calles y el metro de Nueva York sean más seguros, al mismo tiempo que construye complejos blancos. casos de collar y corrupción y terrorismo. Esa candidata es una mujer que vino aquí como refugiada judía de Irán huyendo de la persecución, y cuya inteligencia y habilidad la han elevado a la cima de la jurisprudencia estadounidense: Tali Farimah Farhadian Weinstein, a quien el Daily News respalda con entusiasmo en las primarias demócratas del 22 de junio.

El resto del campo

El hecho de que sus oponentes hagan todo lo posible para retratarla como un tipo retrógrado de la ley y el orden es más un comentario sobre cuán irrazonablemente se inclina el campo a la izquierda que en Weinstein. Varios parecen postularse para ser los principales defensores públicos, y se jactan de no haber procesado nunca un caso penal. A Tahanie Aboushi y Eliza Orlins les apasiona luchar por la justicia, pero la policía y los fiscales no son los principales quebrantadores de la paz. Esos son los criminales que, sí, violan, roban, asesinan y disparan a los neoyorquinos. Aboushi, Orlins y su aliado ideológico, Dan Quart, de quien cuanto menos se dice, mejor, no deberían ser DA.

La ex abogada defensora de ADA de Manhattan y actual, Liz Crotty, ofrece el enfoque más tradicional de la ley y el orden, pero muestra una apreciación insuficiente por los vientos de cambio que soplan en Manhattan.

Lucy Lang, una fiscal desde hace mucho tiempo en la oficina del fiscal del distrito de Manhattan que recientemente dirigió el Instituto para la Innovación en la Fiscalía en el John Jay College, sería un fiscal excelente. Nos impresionó, pero no tanto como Weinstein.

Otro contendiente, Alvin Bragg, tiene muchos respaldos, muchos ex colegas lo consideran calurosamente y ofrece una historia personal y una trayectoria profesional convincentes. Desde experimentar el crimen y el acoso policial cuando era un adolescente negro que crecía en Harlem hasta lograr altos logros académicos y legales, desde la oficina del fiscal de los Estados Unidos en Manhattan hasta convertirse en el fiscal general adjunto del estado, y también como profesor de derecho.

Y en una ciudad donde los negros constituyen el 22% de la población, pero en la actualidad son desproporcionadamente tanto las víctimas como las personas con mayor probabilidad de ser arrestadas por delitos, la experiencia de vida de Bragg es valiosa.

El problema: aunque Bragg se ofrece a sí mismo como un constructor de puentes moderado, un fiscal orgulloso que es al mismo tiempo un reformador descarado, y aunque tiene un programa prometedor y muy reflexivo para abordar la violencia armada, en otros planes, su equilibrio declarado cede demasiado a menudo. a compromisos mal meditados. Se ha comprometido a revisar todos los casos en los 30 años de carrera de ADA Linda Fairstein. Las acciones de Fairstein en el caso de Central Park Five son un juego limpio y se han estudiado minuciosamente sin cesar. Pero aún no se ha hecho ninguna afirmación creíble de que miles de condenas por delitos sexuales que ella dirigió o supervisó estén podridas. Organizar un pequeño ejército para reabrirlos a todos sería una locura e injusto para empezar a violar a las víctimas. (Además, Bragg nos dijo por teléfono que en realidad aplicaría un enfoque de “triaje”, buscando patrones en un pequeño subconjunto de casos y tal vez echando una mirada retrospectiva si esa primera investigación no arrojaba nada condenatorio. Eso no es lo que les prometió a los activistas. )

También son preocupantes sus planes de poner fin a todos los enjuiciamientos por trabajo sexual, no solo de prostitutas, sino de clientes y proxenetas. Weinstein sería más prudente.

Correr contra el titular Vance está bien, ya que Bragg fue el primero en comenzar su campaña, pero pidió la renuncia del fiscal de distrito debidamente elegido. Entonces, ¿que el gobernador elija a alguien?

En su memorando de las acciones del “Día 1” como fiscal del distrito, publicado en su sitio web durante meses, Bragg dice que ordenaría a sus asistentes que no presenten una declaración de “delito grave” excepto en casos extremos. Eso, aprendimos, es rotundamente ilegal. Cuando planteamos el error a Bragg, admitió el error y dijo que la línea estaba siendo eliminada.

Pero equivocarse en la ley es un error consecuente para un aspirante a fiscal de distrito, al igual que establecer una regla rígida de que todos los delitos, salvo un puñado de delitos, tendrán una presunción de libertad previa al juicio, con un asterisco mal definido para circunstancias extraordinarias. Lo mismo ocurre con sus planes de ser más fáciles con los delincuentes hasta los 25 años, mucho más allá de la edad de responsabilidad penal recientemente elevada en Nueva York.