SANTO DOMINGO, RD (N.COM.DO).– El imputado en el caso anti pulpo, Aquiles Alejandro Christopher Sánchez, dijo que a su llegada a la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado junto al ex director de la institución Francisco Pagán, encontró cubicaciones por pagar aprobadas por las autoridades salientes por RD$7,500 millones, monto que fue comprobado era menor al realizar evaluaciones, quedando un negativo de RD$ 947 millones, dejando de pagar unos RD$8,600 millones a esas empresas.
Tras evaluar las deudas autorizadas por las autoridades anteriores, se encontraron con contratos de hasta RD$21,000 millones de pesos en favor de las empresas Andrés y Camilan, propiedad del empresario de las telecomunicaciones Gómez Díaz.
‘’Lo primero que hicimos al llegar a la OISOE, fue evaluar todos los contratos vigentes de la institución, evaluar contratos de nada más y nada menos que con empresas de Juan Ramón Gómez Díaz, Acero Estrella, Meca Santo Domingo, José Ramón Brea; Yo le dije no se preocupen que cuando las ovejas se dispersan es contra el pastor que levantan los cañones’’, aseguró el imputado en los tentáculos de corrupción encabezado por Alexis Medina, hermano del expresidente Danilo Medina.
Aseguró que durante la gestión de Pagán, también se realizaron evaluaciones a otras empresas, que posteriormente terminaron en el sometimiento de empresas a la Cámara de Cuentas y que incluso llegaron a economizarle al gobierno dominicano 1,500 millones de pesos.
Sánchez se describió como una persona pobre, que no tiene ni para pagar un abogado, cuestionando al Ministerio Público »donde está el dinero» del que se le acusa haber hecho mal uso.
Aquiles también recalcó que aún tiene el mismo vehículo con el que llego al cargo de fiscalización de obras de la OISOE y vive en el mismo apartamento.
Christopher Sánchez fungió como director de fiscalización de obras de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe).
Según un reportaje publicado en mayo de 2019 por la periodista Nuria Piera, Christopher Sánchez figuraba junto a Luis Conrado Ruíz Valdez como director en una nómina fantasma de la Oisoe. Ambos cobraban un sueldo de RD$200,000 pesos mensuales cada uno, a pesar de no estar asignados a algún departamento.