Son niños con una habilidad enorme para asimilar conceptos nuevos y una gran sensibilidad, pero a veces también tienen problemas de aprendizaje porque la escuela les aburre
CRISTINA G. LUCIO
Es el niño de tus ojos y te sorprende con cada progreso, pero ¿es normal su evolución o va muy por delante del resto? Descubrir si un hijo tiene altas capacidades no es sencillo, pero hay algunos signos que pueden dar pistas sobre si la suya es una mente excepcional. «Son niños con mucho interés por conocer, que aprenden como esponjas, pero a menudo no quieren ir al colegio, precisamente porque se aburren, porque los contenidos les parecen tremendamente repetitivos», comenta Isabel Ancillo, psicóloga experta en la detección de altas capacidades.
Estos niños suelen decir sus primeras palabras antes de cumplir el medio año y a menudo muestran «una gran sensibilidad e intensidad emocional» desde muy pequeños, que se traduce, por ejemplo, en una hiperpercepción de sonidos u olores y una gran capacidad de empatía. Además, también sienten pronto interés por contenidos que sobrepasan el ámbito de lo infantil y pueden llegar a ser desobedientes e incluso desafiantes si no consideran justos los argumentos que se les ofrecen.
Es difícil englobar todas las características que presentan los niños superdotados, pero muchos demuestran además una increíble memoria de forma precoz y, entre otras habilidades, aprenden a leer y escribir de forma autodidacta.
«Pero no hay que pensar que estos niños no tienen problemas de aprendizaje porque la desmotivación que a veces les genera el entorno escolar, el hecho de que en clase se repasen conceptos que ellos han retenido a la primera, puede conducirles al fracaso», apunta Marta García, especialista en Pedagogía Terapéutica. «Pueden ser niños inquietos, que molesten en clase, porque lo que les pasa es que se aburren».
Según el punto de vista de Ancillo y García, no se puede establecer un diagnóstico definitivo de altas capacidades antes de los 6 o los 7 años, ya que previamente, «los niños pueden mostrar un desarrollo precoz que más tarde no continúa, que se estanca».
Además de niños con altas capacidades, hay chicos que pueden despuntar por tener un talento determinado, como por ejemplo para las matemáticas, la música o el deporte. «Siempre pongo el ejemplo de Nadal, que es un gran talento en el tenis», comenta Ancillo.
En ambos casos, lo ideal es estimular esas capacidades para que los niños puedan desarrollar todo su potencial y, a la vez, eliminar la frustración que puede producirles ese desajuste con el aprendizaje ordinario. Un niño superdotado necesita una formación diferenciada, pero aunque los colegios tienen previstos algunos recursos para atender sus necesidades -como la adaptación curricular-, la realidad es que en muchas ocasiones estos casos ni se detectan ni se abordan adecuadamente.