CIUDAD DE GAZA, Franja de Gaza (AP).- Un ataque lanzado desde Gaza el martes mató a dos trabajadores tailandeses dentro de una planta de envasado en el sur de Israel, dijo la policía, mientras Israel y los gobernantes de Hamas de Gaza continuaron con ataques comerciales durante todo el día.

El servicio de rescate Magen David Adom dijo que transportó a otras siete personas heridas al hospital después del ataque con proyectiles del martes por la tarde en el sur de Israel. Se produjo cuando los palestinos de todo Israel y los territorios ocupados se declararon en huelga en una rara acción colectiva contra las políticas de Israel.

Con la guerra en Gaza que no muestra signos de disminuir y los esfuerzos de tregua aparentemente estancados, la huelga general y las protestas esperadas podrían volver a ampliar el conflicto después de un espasmo de violencia comunitaria en Israel y protestas en la ocupada Cisjordania la semana pasada.

Los ataques aéreos de Israel derribaron un edificio de seis pisos que albergaba librerías y centros educativos utilizados por la Universidad Islámica y otras universidades, dejando atrás un enorme montículo de barras de refuerzo y losas de concreto. Entre los escombros se podían ver escritorios, sillas de oficina, libros y cables de computadoras. Los residentes examinaron los escombros en busca de sus pertenencias.

Israel advirtió a los residentes del edificio con anticipación, enviándolos a huir a la oscuridad previa al amanecer, y no hubo informes de víctimas. Israel dijo que estaba apuntando a militantes, sus túneles y lanzacohetes en todo el territorio.

“Toda la calle empezó a correr, luego la destrucción, un terremoto”, dijo Jamal Herzallah, un residente de la zona. «Toda esta zona estaba temblando».

Los intensos combates estallaron el 10 de mayo cuando los gobernantes militantes de Hamas de Gaza lanzaron cohetes de largo alcance hacia Jerusalén en apoyo de las protestas palestinas contra la vigilancia de Israel con mano dura del complejo de la mezquita de Al-Aqsa , un lugar de conflicto sagrado para judíos y musulmanes, y la amenaza de desalojo de decenas de familias palestinas por colonos judíos .

Al menos 213 palestinos han muerto en fuertes ataques aéreos desde entonces, incluidos 61 niños y 36 mujeres, con más de 1,440 heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no desglosa los números en combatientes y civiles. A medida que la lucha se prolonga, los suministros médicos, el combustible y el agua se están agotando en Gaza. Doce personas en Israel, incluido un niño de 5 años y un soldado, murieron en los continuos ataques con cohetes lanzados desde áreas civiles en Gaza hacia áreas civiles en Israel.

La lucha es la más intensa desde la guerra de 2014 entre Israel y Hamas, pero los esfuerzos para detenerla se han estancado hasta ahora. Los mediadores egipcios están tratando de negociar un alto el fuego, pero Estados Unidos no ha llegado a exigir un cese inmediato de las hostilidades e Israel hasta ahora ha prometido seguir adelante.

Sin un final a la vista para los combates, los palestinos en Israel, el este de Jerusalén y la ocupada Cisjordania observaron una huelga general el martes. Fue una rara muestra de unidad entre los ciudadanos palestinos de Israel, que representan el 20% de su población, y aquellos en los territorios que Israel tomó en 1967 que los palestinos han buscado durante mucho tiempo para un futuro estado propio. La vida ya se había detenido en Gaza cuando comenzó la lucha.

La huelga tenía la intención de protestar contra la guerra de Gaza y las políticas israelíes que, según muchos activistas y algunos grupos de derechos humanos, constituyen un sistema general de Apartheid que niega a los palestinos los derechos otorgados a los judíos. Israel rechaza esa caracterización, diciendo que sus ciudadanos tienen los mismos derechos. Culpa de la guerra a Hamas, el grupo militante islámico que controla Gaza, y lo acusa de incitar a la violencia en toda la región.

Los líderes de la comunidad palestina en Israel convocaron la huelga, que fue acogida por la Autoridad Palestina respaldada internacionalmente en la ocupada Cisjordania, donde se cerraron ministerios y escuelas. La mayoría de las empresas parecían estar observando la huelga y se esperaban protestas.

Muhammad Barakeh, uno de los organizadores del ataque, dijo que los palestinos están expresando una «posición colectiva» contra la «agresión» de Israel en Gaza y Jerusalén, así como contra la «brutal represión» de la policía en todo Israel.